Arden, a través de su identidad gráfica, transmite una vibrante combinación de color, vida y dinamismo, equilibrados por la sobriedad y elegancia de sus trazos. Estos conceptos han sido cuidadosamente sintetizados para lograr un resultado armonioso, sin perder su esencia, aunque de manera sutil. Los tonos rojos y vino tinto reflejan el buen gusto, la formalidad y la elegancia, encapsulando el espíritu refinado de la marca.